sábado, 28 de agosto de 2010

Seis meses sin Tomi

Hace seis meses, un 27 de febrero a Marta le cambió la vida. Recuerdo esa noche apacible de mayo, en un fogón entre jóvenes, las lágrimas volvían a surcar sus mejillas recordando lo que pasó. Ese 27 de febrero sus vecinos salieron corriendo a refugiarse en el cerro, en la punta de los árboles, en donde sea, rezando para que el agua enfurecida del tsunami se llevara lo menos posible de sus vidas. Ella tenía en sus brazos a su hijo de dos años, Tomi. Corrió al primer árbol que pudo, el agua estaba cerca, pero su marido estaba lejos. Rápido, no había tiempo. Se llevó a su Tomi a la punta del árbol para probar suerte y bajar luego de toda esa pesadilla a reencontrarse con su marido, felices como siempre. “¡¡Mamá, mamá!!”, gritaba Tomi, asiéndose con sus manitas a su buzo, “vas a estar bien hijo”, le contestaba ella, y lo agarró con todas sus fuerzas.

"¡¡Mami sujétame!!" La ola ya estaba enfrente a sus narices, ella lloraba y rogaba para que la pesadilla pasara rápido. Su niño lloraba, pataleaba desesperado, "¡Tomi mamá está aquí, mamá está contigo siempre!" Ella sólo pensaba en ellos tres sentados en la mesa como todos los domingos, riendo y retando al niño para que coma toda la comida.
Una fuerza atroz los calló a los dos de repente. El cielo se inundó de agua. Ya no se escuchaba nada, la ola seguía avasallante. Tomi se le resbalaba, la fuerza del agua era incontrolable, "Tomiiiiiiiii", ella hizo su último esfuerzo humano para retenerlo en este mundo... “Mamiiiiiiiiiiii noooooooooooo”.

La ola se lo arrancó de los brazos. Marta vio de nuevo el cielo, pero no a su Tomi. Sus gritos se acallaron, desapareció del horizonte. Ella buceó en el agua, gritando el nombre de su hijo desesperada. Volvió a la tierra, esperanzada de que Tomi se hubiera asido a alguna rama en el camino, pero el agua no perdonó. Su ser de madre que no se perdonaba no haber podido proteger a su Tomi.

No he visto más a Marta, tampoco supe más de ella. Pero hoy me acuerdo especialmente de ella y de los que sufrieron las consecuencias del terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010 en el pueblo de Constitución. Hoy, en memoria de los que no sobrevivieron ese día, les dedico estas palabras, y rezo para que sigan con ese empeño que tenían para salir adelante, cuando los conocimos en esa construcción de mayo.

4 comentarios:

edd dijo...

una pesadilla

Flaviush dijo...

No puedo decir que es un lindo texto porque no sería ético. Cuántos más de estos casos habrá y no nos hemos enterado. La verdad, no alcanzan las palabras para explicar el dolor de esa madre. Así como vos no podés olvidar lo que vivió, ella va a estar sumergida en ese recuerdo eternamente. Hay que trabajar para hacerle la vida un poco más fácil a todos esos afectados, y creo que vos lo estás haciendo con tus pequeños grandes esfuerzos en la organización.¡Nos vemos pronto!

Beso grande

rafafontes dijo...

no me acuerdes de esta fecha ximeee fue terrible, la guardaré por toda mi vida. igual me acuerdo que antes estaba en chile y ahora no =/ pero más que los temblores en chile, lo que guardaré para siempre son los amigos que hice allá, y una de las mas especiales sos vos! que sos una de mis mejores amigas =)

Anónimo dijo...

No es la primera vez que lo leo,pero siempre la misma emoción,trasmites ese dolor brutal de tal manera que el impacto me deja sin palabras.cbg