domingo, 28 de julio de 2013

Pasos en Buenos Aires


Plaza de Mayo, Buenos Aires. Argentina.

Buenos Aires, nos recibes con tus calles iluminadas,
taconeos bravos y miradas furtivas,
recorren tu caos urbano, y descansan en tus esquinas coquetas.
Tus construcciones imponentes, con talante europeo,
enseñan la elegancia de tus mujeres altaneras.


Buenos Aires, ciudad vieja. Argentina.
Capital, no dejas aburrir a tus turistas, siempre tenés plan diurno y nocturno, de standup comedia bochinchera, tango show o baile,
barrios de feria, diseño independiente, y cafés musicales vanguardistas,
suenan en las noches invernales y lluviosas.
Tus hombres tangueros con pasos firmes, conversan largo y tendido,
y te roban una sonrisa con su humor sinvergüenza.

Monumento a la bandera. Rosario, Argentina.


Buenos Aires, altanera y de acento fuerte,
te impones con tu cultura y tus milongas de trajes negros y rouge,
aire inconfundible de Italia adolescente,
me recordás que sos nuestra hermana mayor,
desordenada, loca, arrogante y hermosa.


 

Diva

Una cinta de caminar, una cama de masajes y delicatessen, entre los pedidos de la presidente para su cuarto en México en una gira presidencial.
 
Oh señora omnipresente, con aires de diva madura.
santificado sea tu Rolex y lift facial,
ven a las villas miserias de tu patria con tacones caros,
hagase tu voluntad con tu imagen en los carteles luminosos de la Plaza de Mayo,
así como en los volantes y en los partidos de fútbol,
danos hoy el fútbol televisado en los almuerzos de cada día,

vidio.com.ar
¡y perdona las ofensas de quién te cuestione!
así como el gobernador de la capital, el país vecino o tus compatriotas en Harvard,
no se salvan de tu ataque venenoso.
No los dejes caer en la ignorancia de no entender tus cartas profundas al Papa y a Darín,
y líbranos del imperio, con tu facepopular y sus emoperones.

Tu que lo invocas a "él", por los siglos de los siglos.
Y en tu cuerpo llevas la mitad del PBI de tu país.
Me quedó una duda, ¿sos la presidenta o señora Miss Argentina?


sábado, 20 de julio de 2013

Especial de la costa Colombiana


Cartagena de Indias, tierra de contrastes, historia, naturaleza, color y música.

La puerta del reloj, la entrada a la ciudad amurallada, parte antigua de Cartagena.
En la ciudad amurallada se filmó "Amor en los tiempos de cólera", basada en el libro de Gabriel G. Márquez. Uno de los actores recrea una escena que actuó en la película. 
Hasta las esculturas de hierro escuchaban su música en la ciudad amurallada, Cartagena.
Bocagrande, la ciudad nueva de Cartagena, al estilo Miami Beach. Es chocante el contraste de su lujo extremo con el resto de la ciudad.
Mujer cartagenera con ropas típicas.
Una vista desde la ciudad amurallada de Cartagena.
Registro histórico de las reinas de belleza colombianas en baldosas en el piso. Ciudad amurallada, Cartagena.
Estilo colonial único, colorido y balcones con flores, construcciones de la ciudad vieja de Cartagena.
Quería tomar unos mates con mi escritor colombiano favorito, Gabriel García Márquez, pero él no estaba en su casa. Será para la próxima. Cartagena.



O saludar a Shakira, pero no estaba tampoco en su casa de verano.
El color y el aire colonial se luce en las ferias, así como el patriotismo colombiano. Cartagena.
¡Uy! estaban grandes y calientes con el sol! Monumento a los zapatos viejos. Detrás el castillo de  Cartagena.

Un paraíso tropical, mejor que en las películas. Parque Tayrona.
Caminar por las playas era un placer cuando se asomaba una vista así.
O así...
A Barranquilla.

Más de Colombia

Visita Cartagena de Indias, Colombia.

lunes, 15 de julio de 2013

Sonrisa en la barra (Veo veo)



Luego de haber dictado la clase de técnicas y fundamentos para acercarse al sexo opuesto en una discoteca, el sensei brasilero despierta la curiosidad de sus alumnos.

-¿Qué técnica recomendás para un hombre en la conquista chilena?
-El dos por uno con la chica de la barra.
El sensei camina de un lado a otro, sonriente, ladea la cabeza de forma pícara y bebe un vaso de piscola. 
- Para mí las chicas de la barra son un desafío – explica con paciencia sabia de que el fruto caerá maduro-. Es difícil conversar con ellas porque atienden al público. Así que voy, pido un trago, y le empiezo a conversar. Como no suele prestar atención le digo que la espero a la salida. Y me tomo tieeeeempo para contemplarlas – guiña su ojo y deja caer su mano con soltura, análogo a la silueta esbelta de las mozas.
-¿Qué más?
-Al segundo trago, le digo ‘no hay segundo trago, pásame tu celular por favor’ – la sonrisa experta del sensei despierta carcajadas en los presentes, que lo animan a beber para que les enseñe su arte de conquista.