miércoles, 26 de diciembre de 2012

Divergencias de alcohol


Para él, era hermosa. Simpática, pelo largo, con un toque de aroma a flor difuso en su conversación interesante. Europea del Este, se encontraba de paso en tierras andinas. Eso la hacía aun más encantadora.
Él imaginaba un futuro con esa dulzura rubia, de modales suaves y piel de luna, pero mientras disfrutaba su compañía. Él le sacaba en cara que no podían tener algo más. Ella le decía que podrían continuar siendo amigos. Él no aguantó más.
-¿Por qué me catalogas de ser mala? Yo soy buena.

-Eres mala.

-Si soy mala, ¿por qué quieres que esté acá?

-Porque me gusta verte. 

-¿Ah sí?

-Eres como el alcohol, eres mala, pero a uno le gusta.

Su cara estupefacta denotaba que no podía aceptar que la comparara con una cerveza.
-Es solo el concepto - él intentó restarle importancia a su analogía.
-El alcohol es malo, no me puedes comparar con una cerveza.
-Hay vinos que requieren años de ser tomados. Hay whiskies que son muy finos. Una vez que los pruebas, aprecias que los años valieron la pena.
 
Ella seguía sintiendose incómoda porque se veía comparada con una cerveza. Él disfrutaba su copa de vino y pedía un brindis.