sábado, 13 de agosto de 2011

Pasión

Analogía de los jugadores de la selección como los orientales libertadores de Uruguay.
Cada vez que en el extranjero me felicitan porque Uruguay salió campeón de América, no puedo evitar sonreir y que el pecho se me hinche de orgullo. Sé que no tengo ningún mérito en el asunto, pero lo siento como un gran logro personal. Seguido del apretón de manos o de una palmadita en el hombro felicitandome, sigue una conversación así como:

-Grande Suárez! Ese sí sabe moverla.
-Sí, es lo más!
Canonización de San Suárez
O...

-¡Muslera la arma y la desarma con las manos! Cómo se la jugó!!!
-Siiii salado, el mejor!!!

  Y la charla continúa con mención a la calidad del fútbol, o cómo en un país de tres millones de habitantes tienen tremenda selección. O si es una mujer, lo lindos que son los jugadores, y con las descripciones físicas pertinentes, o la mención de mi calendario de la Celeste en la cabecera de mi cama. No puedo evitarlo, la sonrisa se me desborda y las palabras me fluyen como en un torrente entusiasmado.



Más pasión celeste.
¡El Maracaná es celeste!- exclamé cuando lo vi desde lo lejos.
Río de Janeiro, Brasil.
Recuerdo cuando fui al Maracaná. Paso obligado de los uruguayos en la ciudad carioca, vi el estadio pintado de celeste y la emoción se me vino a la cabeza. Quería tener mi bandera allí, gritar gol, saltar, escuchar las oleadas de ecos en la tribuna, rememorar el partido del '50 en que Uruguay se queda con la copa del mundo ganándole a Brasil en su casa.  Como este año en la Copa América, la hazaña uruguaya fue llamada "el argentinazo". Una vez más fuimos los protagonistas latinos, con la simpatía de nuestros rivales, con el apoyo de hinchas  de todo el mundo para ver la final de Uruguay. Pasión Celeste que trato
de revivir con cada canción, cada noticia, cada comentario de reconocimiento, en cada mate, con mi bandera presente en cada partido. ¡Eso es pasión! - me decía un amigo, luego de un partido de Uruguay vs. Chile.

Canción de homenaje a la Celeste: A grito de gol.