-Quiero estar cerca de mi abuela - me decía Ame. Es la persona que más amo en el mundo.
Su abuelita le daba seguridad en la vida.
-Cuando ocurrió el terremoto fue la primera persona en quien pensé -me decía contenta-. Tenemos una relación muy linda y muy fuerte desde que yo era niña. Sólo quería estar con ella siempre.
-Cuéntame más de tu abuela, amiga. Te ves feliz cuando hablas de ella - la incentivé-.
-Es una persona maravillosa, tiene mucha vida. Está siempre con buen humor, quiere ayudar a todos y es muy sincera. Los hijos le obedecen y la respetan mucho.
"Como una abuelita cacique", me la imaginé, tierna, firme, alegre.
-Es una matriarca- continuó mi amiga -, en la familia le pedimos consejo antes de hacer algo.
"Comenzaba el repiqueteo de los tambores, los pies invadían las calles de a poco, brillos, colores y eco de voces carnavaleras. Alegría brasilera que..."
-Tiene una energia muy buena ella... ¡vive con samba! Escucha la samba y vibra al compás cada instante.
"...que invade el aire, sonrisas blancas, berequeté, platillos y multitud de brazos ondeantes en una fiesta sin fin. La samba se impone y ella se siente feliz, cantoneando sus caderas a ritmo, liberando su corazón 'verdeamarelo'..."
-Ahora sólo canta, ya está viejita. Pero cuando se despida de este mundo, podrá bailar eternamente feliz.
P.D.: Dedicado a los abuelos en su día (en Uruguay es el 19 de junio).