Dulzuras cotidianas. Viajes, experiencias, personas, conversaciones, historias de vida interesantes que rescato del anonimato.
martes, 14 de julio de 2009
Aprender
Un montón de niños estaban alborotados a su alrededor. Apenas entendían cuando hablaba otro idioma, pero esto los divertía. Y lo respetaban. Steve se sentaba en un pilote de madera y los niños lo hacían en el piso y pedían que dijera una palabra en un determinado idioma. Inglés, portugués, español (con un acento raro) y chino. Miraban con ojos ingenuos y desconfiados a la vez, y saltaban como si tuvieran un resorte en el traste cuando escuchaban una palabra bien familiar, en un habla totalmente diferente.
Steve no pudo visitarlos nuevamente, pero les envió una cartita a cada uno de los niños de la familia a la que le construyó la vivienda. Con algunas palabras extranjeras y con un cepillo de dientes para cada uno, para después de las golosinas.
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3 comentarios:
hey, no sabia que tenias un blog! :)
me gusto!! :D
beso!
Gracias Barbi! Me honras con tu visita! Beso
como siempre me atrapas con tus narraciones,disfruto con ellas.cbg
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