sábado, 23 de junio de 2012

Te recuerdo en sepia

Foto: Lucía Lin

Abuelo, hace veinte años que te fuiste, y aún te recuerdo como si te hubiera visto ayer, en Juan Lacaze. El olor pestilente de la fábrica de papel se colaba por las ventanas pueblerinas oportunamente a la hora del almuerzo, y se mezclaba con el vapor de la sopa con fideos. Recuerdo que luego de ayudarnos a mí y a Romi a hacer unas piruetas te sentabas a la mesa muy divertido. Aún veo tu mano blanquecina con manchas marrones, que me llevaba a dar la vuelta por el barrio, para mí era una maratón por esas cuadras de doscientos metros, medidas con paso infantil.
Ese día empezaste a toser. Tu tos se siente de todos lados y cada vez más frecuente. La abuela está nerviosa. Toses sin parar. A mis seis años me dicen que estás muy enfermo. Me escapo a verte dormir la siesta, cuando podés dormir. Ya no jugamos a las piruetas, ni andás masticando tu escarbadientes, ni salís en tu bicicleta tintineante que tanto querés. Sólo caminas con pasos cansinos, dejando tu vida en ellos, poco a poco. Te quedan cuatro meses abuelo, el cáncer ingrato te escarba poco a poco los pulmones, mientras tú luchas en vano para aferrarte a algunos días más a esta vida. Hoy voy a verte de nuevo, “buenas noches”. Me miras, con tus ojos apagados. Ya no me hablas, nos miramos en silencio, nos entendemos, y apronto mi alma infantil para verte en un retrato eterno de fotos sepia en la cómoda de la abuela.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Natita querida:nos emocionaste a todos.Ro se quebró cuando se lo leía a la abu.Ella te agradece estos recuerdos,en el día del abuelo y te envía sus bendiciones.cbg