Para los santiaguinos es difícil compartir sus "espacios" personales, según los extranjeros con los que he hablado. Salvo algunas excepciones, es difícil que te integren con su grupo de amigos, y menos con su familia. Salvo en la intimidad de pareja. La intimidad es un jolgorio de latidos veraniegos para los jóvenes y no tan jóvenes. El metro es el lugar por excelencia. Pero si caminas por un parque a las 4 de la tarde la gente no se asombra cuando se topa con cinco parejas en pleno romanticismo callejero, que yacen en un colchón de naturaleza fresca haciendo caso omiso de las bocinas y las conversaciones. Y se zampan en un amasijo estridente, con los cabellos flotando en una pasión oceánica verde . Los transeúntes intentan esquivar tanto arremolinamiento, pero sólo atinan a arrastrar a los niños de la mano para que no se tropiecen con alguna ráfaga de suspiros ahogados que les llegue a los pies. Mi amiga colombiana comenta que en su tierra esa pasión es privada. "Podrían cambiarse de parejas si viene uno con un silbato", dice nuestro amigo chileno. Nos reímos. Tal vez nos equivocamos con mi amiga, en que los santiaguinos les cuesta compartir sus espacios. Cada cual tiene su manera, ¿no?
3 comentarios:
arriba cochabamba!!!!
Xime, perfecta tu anedocta! Es muy dificil entrar en un grupo de amigos de chilenos si tu no eres muy amigo de unos de esos amigos. Ellos limitan mucho sus espacios, pero cuando se estan en parejas - en parques, metro, calles, todo lo que es publico - sus limites entran en el subconsciente de cada uno, dificil de no ver ruidos raros en los parques, ahh?
Creo que hubieron varios hijos hechos en parques ;) jajaaj
Un beso querida!
Muy delicado uso de la metáfora para describir la expresión espontánea del amor en aglomeramientos metropolita-nos que favorecen el anonimato frente a los demás.RH
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