lunes, 16 de agosto de 2010

Camino

-¿Y qué planes tienes para el año que viene? – me pregunta mi amigo mexicano.

-No sé – le contesté indecisa.- Me gustaría quedarme un año más, pero no sé.

El sonrió. Ahora casi que formaba parte del “club de los quedados” (le decimos a los que extendemos nuestro intercambio en Chile).

-El año pasado cuando me preguntaban yo también decía que venía por un año, no más. – me dijo.

Lo tomé del brazo y seguimos caminando. Sentí que ya sabía que me quedaría, pero algo en mí me decía que no era mi lugar. Extrañaba a mi familia, a mis amigos de Uruguay, mi cultura… pero no estaba segura de querer volver tan pronto. Me hice de amigos nuevos acá que son casi una familia. Qué se yo, no sabía ni a quién extrañar, ni dónde quería estar.

-¿Y vos, te quedás el año que viene también? – le pregunté.

-Ya no puedo decir que sí ni que no.

Lo entendía. Yo tampoco. Seguimos caminando. Sentí que no era tan fácil predecir la vida ahora, como lo parecía antes. Pero me gustó el desafío de caminar mi camino por mi rumbo y a mi tiempo.

2 comentarios:

edd dijo...

al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
pasé por el blog! jaja

Anónimo dijo...

Es cierto,después de tantas y tan intensas experiencias de vida no es fácil decidir volver simplemente a lo anterior,DECIDIR es siempre un desafío.Me gusta que "camines tu camino" y a "tu ritmo".Eso es crecer,expandirse,volar alto y lejos como nuestro amigo J.S.Gaviota.cbg