Muchas veces queremos pedir algo, pero como no tenemos confianza con la persona, levantamos las cejas con un poco de piedad y preguntamos. Ahí solemos hacer un casi pedido, que no llega a ser tal. Personalmente me encanta decir que sí a la gente, pero luego no tener la obligación de cumplir, y con razón. Les llamo los casi pedidos.
-¿Te puedo pedir un vaso de agua?
-Sí claro!
Y sonrío con mi mejor cara mientras la persona se queda esperando el vaso de agua y yo esperando que haga el pedido.
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